Colocar ladrillos puede parecer sencillo, pero un error en la técnica puede comprometer la resistencia, la estética y la durabilidad de toda una construcción. En Ladrillos KAR hemos identificado los fallos más frecuentes y te contamos cómo evitarlos para lograr muros firmes y bien terminados.
1. No nivelar correctamente
Un muro desnivelado no solo luce mal, sino que distribuye de forma desigual el peso, generando fisuras.
Solución: usa plomada, nivel y cordel en cada hilada para asegurar alineación perfecta.
2. Mortero mal preparado
Una mezcla demasiado líquida o seca reduce la adherencia y la resistencia.
Solución: respeta las proporciones de cemento, arena y agua, y prepara el mortero en pequeñas cantidades para mantenerlo fresco.
3. Juntas desiguales o incompletas
Las juntas mal hechas permiten filtraciones y reducen la solidez del muro.
Solución: mantén juntas uniformes (1 a 1,5 cm) y rellénalas completamente con mortero.
4. No humedecer los ladrillos antes de colocarlos
Si el ladrillo está seco, absorberá rápidamente el agua del mortero, debilitando la unión.
Solución: humedece ligeramente los ladrillos antes de usarlos, especialmente en climas cálidos.
5. Falta de curado del muro
No humedecer el muro después de construido puede generar fisuras y pérdida de resistencia.
Solución: realiza el curado durante los primeros días, mojando suavemente la superficie para favorecer el fraguado.
En construcción, los detalles hacen la diferencia. Con ladrillos de calidad y una colocación correcta, tu obra no solo será resistente, sino también estéticamente impecable.